Decíamos en el post anterior (Holyrood y María Estuardo, reina de los escoceses) que hacia mediados de 1880 se generó en Escocia un movimiento religioso en pro de la beatificación de María I y que, en pleno período de efervescencia de tal causa apareció publicada en Londres, en 1887, el libro A Midnight visit to Holyrood, Una visita de medianoche a Holyrood, firmado por la Condesa de Caithness y Duquesa de Pomar, María Mariategui, una de las mujeres más fascinantes de la época. Y, además, española…. o mejor dicho, medio española: nacida en enero de 1830 en Londres, de padre español (José de Mariátegui) y madre inglesa (María Compton, nieta del marqués de Northampton).
Su primer matrimonio (1853) fue con el general español y conde de la burgalesa Medina de Pomar, y su segundo matrimonio (1872), lo fue con James Sinclair, decimocuarto conde de Caithness, par de Inglaterra y Escocia, y jefe del clan Sinclair (el mismo que el de los señores de Roslin-Rosslyn). El papa León XIII, por breve pontificio de 1879, le concedió el título de Duquesa de Parma.
Entre 1850-1860, Margarita Mariategui fue una persona muy conocida en Madrid, donde se incorporó a la Sociedad de Señoras de la Asociación Abolicionista Española en diciembre de 1865. En Madrid, igualmente, debió aprender a tocar la guitarra, teniendo como maestros al guitarrista lorguino y compositor Antonio Cano, y a su hijo Federico, quienes le dedicaron algunas obras.
No le faltó dinero nunca pues llegó a ser una de las mujeres más ricas de Europa. Al fallecer su padre heredó su fortuna, a la que hubo que sumar la de su primer marido. Y del segundo, Lord James Sinclair (fallecido en 1881) también recibiría -es de suponer- algún patrimonio nada desechable aunque los títulos (señoríos de Barrogill y de Berriadale, además del concado de Caithness) y sus propiedades pasarían a Alexander, hijo que había tenido Sinclair con su primera esposa. Y con tal riqueza patrocinó revistas, publicó sus libros, hospedó a insignes personajes del ocultismo decimonónico (incluidas H.P. Blavatsky en 1884 y Anna Kingsford en 1880 y 1882), coleccionó obras de arte, organizó cenáculos literarios y mandó construir el Hotel Holyrood en París, lujosamente decorado y amueblado. Sobre su inauguración, la revista «Album Ibero Americano» (14-junio-1891), hacía la siguiente reseña: «La Duquesa de Pomar, cultivadora dé las bellas letras, ha inaugurado su elegante hotel de la Avenida de Wagram con un gran baile; asistieron á la fiesta más de mil personas, hallándose entre ellas lo más selecto de París, sin contar gran número de familias hispano-americanas».
María Mariategui conoció, al parecer, el espiritismo en Escocia o en Inglaterra. Formó parte de la Asociación Nacional Británica de Espiritistas y tuvo una transformadora aparición espiritista en la abadía de Holyrood (1887) que describió en el citado libro, A Midnight visit to Holyrood, que transformó su vida. Durante años y años afirmó que se le había aparecido el «fantasma espiritista» de la reina María Estuardo, designándola para una misión renovadora para el cristianismo.
Hola, Ángel,
Gracias por todos estos conocimientos sobre Escocia e historias que vas aportando. Las iré leyendo poco a poco con calma y seguro que aprendo mucho. Un saludo,
Angie
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